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Fallen Angel

un fanfic de Evangelion
por Jost

Neon Genesis Evangelion y personajes y situaciones derivadas son Copyright © Gainax.

 


Tercera Parte: REDENCIÓN


Varios días después, Duke llamaba desde su despacho al Cuartel General de la ONU por una cuestión burocrática rutinaria.

—Póngame con el general Miyata, por favor... De parte del agregado militar de NERV... ¿Cómo...? Ah, que ha salido de maniobras... ¿Cuándo volverá...? Comprendo... ¿Y mañana...? Tampoco... Por nada... Unos documentos mal conformados... Volveré a llamar... Hasta luego...

Automáticamente, Duke consignaba lo siguiente en su diario:

Llaman a NERV y contesta un secretario.

—¿Sí?, ¿por quien pregunta...? ¿Por el agregado militar...? No está... Se ha llevado a la muchacha que más quiere en el mundo y no sabemos dónde está... ¿Qué cuando volverá...? Dijo que a lo mejor dentro de veinte o treinta años envía una postal de recuerdo desde China...

Era la muestra de que Duke era incapaz de aceptar lo que había visto en el Dogma Central. Ya no escribía en el diario lo que le pasaba, lo que observaba cotidianamente. Lo que hacía era describir las cosas tal como le gustaría que sucedieran.

No volvió a acercarse a Rei. Le asustaba. Tampoco soportaba la idea de estar junto a Misato o Ritsuko e incluso le repugnaba la idea de tener que tratar asuntos con el comandante Ikari.

Pero Rei parecía haberse olvidado de él. Como siempre, ella continuaba la farsa, la de la hija ideal rendida a los pies de su padre perfecto.

Y mientras, Duke se consumía por dentro. El diario era un reflejo de aquello. Anotaba pensamientos, reflexiones y ensoñaciones de forma caótica, sin fecha.

Ayer hice una estimación y comprobé que en una mañana, tuve tres ocasiones para matar al comandante Ikari descerrajándole dos tiros entre ceja y ceja.

Era verdad. Pasó por su mente el asesinarlo, como hacía Humbert Humbert en el final de "Lolita". Resultaba que en el libro a la muchacha la secuestraba un médico llamado Claire Quilty. Humbert Humbert, como no podía revelar que convivía con una menor, no podía denunciar el hecho a la policía. Años después, descubría a su "nínfula" convertida en una adulta de diecisiete años, embarazada y casada con un obrero. Ciego de ira, Humbert Humbert buscaba a Claire Quilty por todo el país y tras una rocambolesca persecución en una casa antigua lo asesinaba a tiros. ¿Tendría Duke el valor suficiente para hacer algo parecido?

Mucho se temía que no.

La primera Rei murió hace ocho años. La segunda, pilota un Evangelion en una guerra de consecuencias imprevisibles. ¿Qué será de ella si es borrada del curso de la historia en uno de esos dramáticos combates? ¿Habrá una tercera? ¿Le parecerá todo nuevo o recordará los desvelos y las decepciones de su predecesora?

A veces, Duke se imaginaba que la guerra contra los ángeles se prolongaba hasta el infinito. Que Shinji y Asuka hacían heredar a sus hijos y nietos la obligación de destruirles.

Se sumió en un estado de morbosa melancolía y autocompasión. Soñaba con Rei.

Quiero volver a tenerla entre mis brazos. Besarla en la boca y que su lengua toque la mía (...).

En un mundo perfecto, su EVA vuelve a NERV. Ella ha derrotado al último ángel. Se termina la guerra. Ella baja del EVA y viene a mis brazos, triunfante y victoriosa...

Y siguió así, hasta que un día....


Duke había decidido suicidarse.

El día anterior había sido su cumpleaños. Cumplía treinta y nueve. En NERV todos lo habían felicitado (Misato se había encargado de extender la noticia entre Ritsuko, Maya y los demás. Hasta Shinji y Asuka le habían deseado feliz cumpleaños). Lo peor había sido la fiesta sorpresa organizada por el coronel Johnson en su honor, en la cantina de la base de la USAF de Hollyfield. Duke tuvo que fingir sentirse abrumado entre las felicitaciones de sus amigos y las canciones que ensalzaban el valor y el heroísmo de tiempos pasados...

Sólo pensaba en Rei. Por fuera, el alcohol logró que la olvidara por unas horas. Pero al recuperarse, se sintió más vacío y miserable que antes de la fiesta. Y encima, había roto la costumbre de sólo beber cerveza.

Allí bebió todo el whisky que pudo. Hasta reventar.

¿Quién soy yo— había escrito en su diario veinticuatro horas antes— si no el ángel caído para hacerle sombra a un hombre que es dios para la muchacha a la que amo?

Se pegaría un tiro en la sien. Cargó una bala en la recámara de la pistola y cerró la puerta del despacho.

"Te quiero a ti", pensó, recordando a las hermana de Rei. "Y a ti, y a ti, y a ti...". Hagámosla de una forma limpia y militar, se decía Duke. No sea que a ti también te sustituyan como a Rei.

Adiós a todas las ilusiones. Adiós a la idea de pilotar el EVA-00 para que Rei ya no tuviera que seguir arriesgando su vida. La carta que tenía preparada para entregarla personalmente al comandante Ikari ya no valía para nada. Si Rei moría, ya había un recambio a mano... Aparte, claro estaba, que era totalmente imposible que un adulto pilotara un EVA. Había entre el Evangelion y su piloto un vínculo que iba más allá de la relación persona-máquina. Cualquier EVA se limitaría a rechazar el intento de que un adulto intentara controlarlo, o por lo menos eso decía el informe que Duke había leído en el Dogma Central.

Pero antes de apretar el gatillo, se fijó en que su diario estaba cambiado de sitio. Bueno, tal vez debería quemarlo, destruirlo para evitar que un editor sin escrúpulos lo transformara en un best seller.

Su vida no tenía sentido.

El acceso no autorizado a zonas de alta seguridad (léase "Reglamento de régimen interno de NERV", pág. 36, sección 2 para más detalles sobre esta categoría) está castigado con las sanciones penales previstas en las ordenanzas de seguridad del gobierno japonés. En caso de que el personal militar infringiera una zona de esa categoría, se le formaría un consejo de guerra siguiendo las disposiciones del código penal militar de la ONU...


Un momento... a lo mejor Rei se había pasado por ahí... Duke abrió el diario... En efecto... ella había escrito algo...

¿Dónde has estado estos días? Te he echado de menos.

Claro que era la letra de Rei, pensó Duke.

¡Dios mío! ¡Se podía ser feliz con tan poco!


9 de abril: Rei ha venido a mi despacho (más bien la he invitado yo). Ha sido nuestra primera reunión después de varios días. No hemos hablado sobre el Dogma Central (tenemos un pacto no formulado para no mencionar aquello). Le he enseñado todos los "tesoros" de mi despacho: el ordenador, la centralita, el video-teléfono, los manuales del protocolo de comunicaciones ONU/NERV, las fotos con mi recuerdos (he recordado que todavía conservo una foto de mi esposa; pensé que las había quemado todas). Nos hemos besado varias veces y al final le puse unos discos de música clásica...

Rei preguntó a Duke que música era la que sonaba en el equipo de música.

—La Novena sinfonía de Beethoven —dijo Duke.

Ella escuchó muy atentamente la música.

—Habla... —dijo Rei oyendo con atención—, en el idioma de Asuka.

—Es alemán... ¿Sabes por qué Wagner nunca compuso sinfonías?

—No —dijo ella sin saber (tampoco lo necesitaba) quien era Beethoven o Wagner.

—Una vez le preguntaron a Wagner, "¿Por qué no compone usted sinfonías?" Y el contestó, "¿Para qué? ¡Si Beethoven ya ha compuesto las nueve que podían hacerse!"

—No entiendo una palabra de lo que dice esta música.

Duke tradujo los versos que salían del reproductor musical.

Alegría, llama de la divinidad, hija del Eliseo, Entramos inspirados por el fuego en tu santuario glorioso Tu poder mágico vuelve a unir lo que las costumbres habían separado...

—No hace falta entenderla —dijo él—. La música hay que sentirla.... —dejó pasar un rato y siguió traduciendo.

Todos aquellos que hayan tenido un alma a su lado uníos a nuestra canción de alabanza y los que no la hayan tenido deberán arrastrarse llorosos fuera de nuestro círculo...

"Yo he conocido a dos", pensó Duke. "Mi esposa Helen y..."

Miró a Rei. Su presencia le reconfortaba.

El tema duró varios minutos. Entonces, Rei se acercó al reproductor y pulsó el botón de expulsión del CD. Duke temió que no le gustara la música clásica. Ella miró la colección de discos compactos en una estantería y sacó uno al azar.

—Creo que lo más moderno que tengo es de Michael Nymann. Casi todo es música clásica. ¿Qué has cogido? Vaya... —Duke leyó la portada—. "Grandes éxitos de Frank Sinatra". ...Pero no lo canta Frank Sinatra. Ponlo, a ver que tal suena.

La primera canción del disco era Fly me to the moon. Lo cantaba una joven. Y no lo hacía nada mal, pensó Duke, aunque no fuera Frank Sinatra.

Rei cerró los ojos, y comenzó a dar unos torpes pasos de baile al compás de la música, la cual era lenta.

Rei tiene extrema sensibilidad musical, apuntó rápidamente Duke en su diario.

El se acercó a ella.

—¿Me concede este baile? —le preguntó él cortésmente, cogiéndola de los hombros.

—No sé... bailar... —musitó ella.

—Es muy fácil. Sigue mis pasos.

Fue un baile muy torpe. Pero el estar con ella lograba que fuera inolvidable.

—Muchas veces, me siento sola —dijo Rei, abrazada a Duke, cuando la canción estaba a punto de terminar.

Duke la besó en la frente.

—Rei, una persona puede sentirse sola aunque mucha gente la quiera —aseguró él—. Lo aprendí hace años.


10 de abril: Nueva prueba sorpresa (esta vez Misato estaba al corriente y los únicos que no sabían nada eran Rei, Asuka y Shinji). El ángel propuesto por el programa informático no ha supuesto ningún problema para ellos. En el informe oficial que he tenido que enviar al cuartel general he incluido el siguiente comentario: "Aunque las personalidades de los pilotos de los tres EVAs parezcan incompatibles entres sí... ¡Están perfectamente compensadas!" (...).

Esta mañana ha venido un par de gorilas de la Segunda Sección a hacerme unas preguntas. Me han comentado de que están en plena investigación, parece ser que alguien utilizó una tarjeta decodificadora para entrar en una zona restringida. Pero yo tenía una buena coartada (destruí la tarjeta de Greg hace varios días) y han parecido satisfechos con mis explicaciones.


15 de abril: Cada vez veo a Rei menos a menudo. Hoy, por ejemplo, he aprovechado un momento para visitarla en el vestuario.

Rei se estaba poniendo su ajustado traje plástico de color blanco cuando entró Duke. El pensó, con humor triste, que ella pasaba más tiempo dentro del EVA-00 que en el colegio.

—En mis tiempos —comentó Duke—. Bastaba con ponernos un traje de tela fuerte y un par de botas de goma para pilotar los helicópteros.

En ese momento, Rei pulsó un botón en una de sus muñecas y el traje se encogió adaptándose a su estilizada figura.

Ella me ha saludado y se ha acercado a mí. Yo no he podido contenerme (ella tampoco) y nos hemos abrazado. Es lo primero que hacemos cuando estamos seguros de que nadie nos ve.

Lo de hoy no ha sido una separación, pero casi.

—Escúchame, Rei —dijo Duke besándola—. Así no podemos seguir.

—Yo te amo —dijo Rei, asintiendo con la cabeza.

—Y yo también.

Que duro era hacer esto. Pero aunque me repatee, he de hacerlo. Yo la amo y ella me ama a mí, y sin embargo, yo sé que su corazón pertenece a otra persona. Lo he notado en las pocas veces en que he hablado con ella, de la misma manera que la doctora Ritsuko lo notó al intentar flirtear conmigo.

—Sería capaz de hacer cualquier cosa por ti —dijo Duke, totalmente convencido.

Rei volvió a besarle.

Todavía no sé como es posible que ella sobrelleve el estigma de ser quien es (dudo que su autismo sea patológico). Pero creo que lo que ha comenzado a dar sentido a su vida es un chico que conoció antes que a mí. El Tercer Elegido. Shinji Ikari. No sé que vínculo exacto les une, pero estoy convencido de que Rei se dejaría matar antes de dejar que a Shinji le suceda algo. Y lo peor es que eso hace que yo la ame más todavía.

Nadie se ha sacrificado por ella.

Creo que yo voy a ser el primero. No voy dejarla (...). Pero la amo tanto, que sería capaz de renunciar a ver realizado mi amor platónico con tal de que ella tuviera una mínima oportunidad de elegir por sí misma...

Llegará un día en que ella usará su propio criterio (es factible, ya lo ha hecho conmigo). Y decidirá por sí misma. En qué circunstancias es algo que ignoro...

—¿Me vas a dejar? —preguntó Rei en tono lastimoso.

—No. Claro que no... sólo digo que sabes que no podemos seguir así... —Duke tartamudeó—. Y que te amo. Siempre te amaré. Suceda lo que suceda.

La dije que la puerta de mi despacho siempre estaría abierta para ella (...).

Como agregado militar de NERV, nunca he estado directamente involucrado en el combate contra un ángel, como Misato o Ritsuko (solo estoy en el centro de control cuando el ejército de la ONU y NERV deciden realizar un simulacro de combate). Por ejemplo, cuando atacó Sahaquiel dejándose caer desde la órbita terrestre, yo estaba en un refugio nuclear del alto mando japonés, a cien metros bajo tierra (...). Cuando se ordena evacuar el complejo de NERV, el primero en salir de él soy yo. Pero esto va a cambiar. No sé que sucederá cuando todos los ángeles sean derrotados, pero pienso quedarme en primera línea para ver que sucede.

Da igual lo que suceda (tengo la convicción de que la guerra contra los ángeles es el preludio de algo importante). Siempre he tenido la mala costumbre de sobrevivir a lo peor.

De improviso, Shinji y Asuka entraron en el vestuario.

—¡Qué casualidad! —exclamó Asuka—. Fíjate, Shinji. La pareja perfecta.

—Asuka, siempre tienes la manía de emparejar a la gente —observó Shinji.

Si ellos supieran lo que yo sé. Lo que leí en aquel ordenador.... que Rei está hecha con parte del material genético de Yui Ikari, o sea, la madre de Shinji ... que el EVA-01 logró salir del mar de Dilac gracias a que la esencia de Yui está en esa unidad y logró activarla sin energía... que la esencia de la madre de Asuka también está en el EVA-02 (...).

Por un accidente, Rei supo mi secreto, que la amaba en silencio. Ella me contó el suyo. Y lo que yo sé y las pruebas que tengo (tengo escondidas en la caja de seguridad de un banco las fotos que saqué en las entrañas de NERV) podrían costarme mi carrera militar, e incluso mi vida, pero no me importa. Si estoy cerca de ella, cualquier riesgo merece la pena.

Shinji iba a seguir a Asuka, pero ésta le propinó una sonora bofetada.

—¡Shinji, eres un pervertido! —exclamó Asuka—. ¿Cómo te atreves a entrar en el vestuario de las chicas?

Asuka fijó su mirada en Duke.

—¿Y usted que hace aquí?

—El mayor Simpson ha venido a revisar nuestras identificaciones —dijo Rei con tono neutro.

En teoría, yo había venido a eso. Qué rápida de reflejos eres, Rei.

—¿En serio? Lo dudo —dijo Asuka—. Todos los hombres son unos pervertidos...

—Shinji —dijo Duke despreocupadamente—. Dile a tu amiga la teutónica pelirroja que Rei y yo no estamos comprometidos.

—¿La teutónica pelirroja? —Shinji se echó a reír a carcajadas mientras Asuka se ponía roja de vergüenza. Nunca nadie la había llamado así.

—¡Shinji, cállate! —dijo Asuka, enfurecida, y se dirigió a Duke, diciéndole—, Mayor Simpson, estoy harta de usted. ¡Estoy harta de por su culpa no pueda superar el nivel de sincronización de Shinji, de los simulacros sorpresa con la ONU...!

Yo puse la cara como de quien oye llover.

—Asuka —dijo Duke sonriendo pacientemente—. Tu problema es que en combate siempre quieres actuar en solitario. Es lo que demuestran las simulaciones. Si trabajaras en equipo...

—Eso es lo que pienso yo —dijo Shinji—. Ya era hora de que alguien lo dijera.

—¡Fuera de mi vista, Shinji! —gritó Asuka, levantando un puño en actitud amenazante, para decir a continuación—. ¡Odio a los yankees!

Shinji se dirigió al vestuario masculino.

Pedí las tarjetas de identificación y las revisé. Asuka me fulminaba con la mirada (era de lo más hilarante cuando se ponía hecha una furia). Luego tendría que ir a donde Shinji a pedirle la suya.

—He de irme —dijo Duke despidiéndose de las dos. Rei le dijo un lacónico "hasta luego" mientras que Asuka, con su orgullo herido, le sacaba la lengua en son de burla a Duke.

Duke pudo oír a Asuka comentándola a Rei.

—De verdad, no sé que has visto en ese hombre para que hables con él. No le llega a Kaji ni a la suela de los zapatos.


Duke pidió a Shinji su carnet de NERV. Todo estaba en orden, y ambos se despidieron.

Sé que mi trabajo en NERV es vital (debería dejárselo claro a Misato la próxima vez que me solicite un ataque preventivo A-17). Son los aviones de las fuerzas de la ONU las que transportan a los EVAs cuando han de trasladarse para combatir a un ángel. Y soy yo el que da la cara en las ruedas de prensa frente a los medios de comunicación cuando NERV ha fallado en algo y quieren ocultarlo a la opinión pública. Recito mi mentira orwelliana (NERV tiene una lista de cien excusas plausibles para dar como notas de prensa cuando, por ejemplo, un experimento suyo se ha desmadrado y ha causado daños a civiles) ante millones de personas y duermo en la cama tan tranquilo.

Me encanta mi trabajo.

Duke pensó melancólicamente, de vuelta a su despacho, que aquel iba a ser un buen día.

 

Fin


Notas del autor: Bueno, este el final de la historia. Sé que he planteado un tema lejos de lo convencional. Tengamos en cuenta que Rei Ayanami no es una persona corriente y el planteamiento con el que empecé a trabajar fue el de crear "una pareja atípica para una persona atípica".

Esta es la versión definitiva de la historia. Hay otra versión anterior a ésta de la que mejor prefiero ni hablar. Todos cometemos errores...

En fin, espero que alguien haya disfrutado leyéndola.

 

 
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Ultima actualización:  16/12/01